martes, 15 de noviembre de 2016

Paco Simón





          <<Descubrir que el paraíso está a la vuelta de la esquina suele costar años de sudores, piruetas en el laberin­to, manoteos en la oscuridad, despistes más o menos enrique­cedores y topetazos muy varios>>[1]. Sin embargo, descubrir que el paraíso se encuentra detrás de la puerta de una exposición de pintura es, lisa y llanamente, una casualidad. Descubrir estas cosas y otras muchas parecidas en circunstancias similares, es algo que me hace reflexionar de continuo sobre la probable, en cuanto posible, manipulación de nuestro Destino por lo que vulgarmente llamamos azar, como si, de alguna forma y en determinadas ocasiones, nos dirigiese éste intencionada­mente.