Cuando se dice que ante el
sufrimiento la actitud básica del europeo moderno es la del esclavo lo que se
quiere señalar en primer lugar, es que no lo soporta, que al querer lo
incondicional sólo puede verse a sí mismo bajo una tiranía. Como animal de rebaño,
su compasión expresa, entre otras posibles cosas, la sublevación contra el
gusto aristocrático que menos precia o, al menos, parece quitarle importancia
al sufrimiento.
Compasión, por tanto, equivale en él
a la igualdad misma como sentimiento común de unión entre seres sufrientes
todos por igual a causa de una suerte injusta o una sociedad mal constituida;
conmiseración, por tanto, que funde a los individuos en un sentimiento común
que neutraliza su rivalidad y amortigua la voluntad de lucha.
Ésta voluntad de la moral europea que
ha producido valores nihilistas y ha culpabilizado a los instintos por
resentimiento, tratando de compensar su sufrimiento al causar dolor a cuantos
más mejor.