viernes, 9 de diciembre de 2016

Comentario al libro I de la Metafísica de Aristóteles





DEFINICIÓN DE METAFÍSICA:

     La Metafísica es para Aristóteles une ciencia que no investiga zonas particulares del ente, sino que estudia el ente general (<<lo ente>> sería la traducción correcta del griego), <<el ente en cuanto ente y lo que le que corresponde de suyo>> (definición que encontraremos al comienzo del libro IV). Es decir, Aristóteles está delimitando el campo de lo que más tarde se llamará ontología.

     Una segunda acepción del Filósofo acerca de le Metafísica es cuando dice que <<la llanada sabiduría versa, en opinión de todos, sobre las prime­ras causas y sobre los principios>> (Met., I 2; Bk. 981b 27-29).

     Y en una tercera, lo hace como la ciencia de Dios. En otras palabras, sería una teodicea. Se puede objetar a esto que, entonces, la Metafísica dejaría de ser una ciencia general para convertirse en una ciencia particular.



     Sin embargo, la ciencia de lo primero y del motor inmóvil no está en contradicción con la del ente en general, considerado en cuan­to ente, sino que es su continuación y complemento, pues, al considerarse como tal, una parte de este estudio se ha de dedicar necesariamente al último fundamento radical y suficiente del ser, y este es, en efecto, uno de los problemas capitales de la ontología aristotélica. En Aristóteles, la teodicea no es más que el complemento y la coronación de la ontología.

     Desde el punto de vista etiológico, es decir, desde el punto de vista de las causas, el acceso al ser lo verificamos por cuatro vías. Esas vías son las cuatro causas o principios.

     ¿Qué es un principio? Principio es, en general, aquello de que algo de alguna manera es o procede. En los principios se hallan las causas que estructuran las modalidades concretas del ente: su devenir, sus formas, sus procesos. El ente halla en ellos explicación y sentido. Esas causas o principios son:

     En primer lugar, aunque la clasificación no es jerárquica, nos encontramos con la sustancia o la forma, que es lo que normalmente entendemos por esencia. Es lo que Aristóteles llama causa formal, que es lo que hace que algo sea lo que es.

     En segundo lugar, está la materia o sujeto, es la causa material.

     En tercer lugar está la causa eficiente o principio del movimiento.

     Y por último, la causa final, que el Filósofo identifica con el Bien (Met., I 3; Bk. 983a 26-33).

     El concepto de ente para Aristóteles corresponde, pues, a la sustancia primera, es decir, el ser concreto, individual, independiente. Pero, ¿qué es la sustancia? La sustancia es, lisa y llanamente, aquello que ni se predica de un sujeto ni está en un sujeto. Es el último sujeto de predicación y el fundamento del ser de los accidentes (punto de vista usiológico).

     La sustancia responde, así, a una forma de la mente, como un úl­timo sustrato predicacional. Pero ˗la sustancia es algo más que una mera forma mental˗ el ente también es mirado con arreglo al esquema formal de la predicación, ése es el camino ontológico, y, desde esta perspectiva, la experien­cia nos da dos clases de <<ente>>: el que sólo existe si se apoya en otro, es el caso del <<accidente>>, y el <<ente>> que existe en sí mismo, con una cierta subsistencia propia; es el propio y esencial ser, es la sustancia. Ahora bien, al hallarse los accidentes en la sustancia, ésta será lo permanente frente a lo variable; lo inteligible y numénico, frente a lo aparencial y fenoménico.

     En distintas ocasiones el Filósofo utiliza la palabra <<especies>> así como la de <<quididad>>, entendemos, por cada una de ellas, respec­tivamente, sustancias y forma. Por eso, atendiendo al primer término ˗especies˗, nos atrevemos a decir, desde un punto de vista rigurosamente ontológico, que, las distintas especies se diferencian mediante formas sustanciales.



UNIDAD, SISTEMATIZACIÓN Y ANÁLISIS:


     En primer lugar, creemos que el libro primero de la Metafísica de Aristóteles, es un planteamiento histórico del problema que va a tratar a lo largo de toda la Metafísica.

En dicho libro el Estagirita se dedica fundamentalmente al estudio de lo que es la Metafísica y a su justificación como ciencia, así como a plantear empíricamente cuál es el objeto de esa ciencia que <<buscamos>>.

      El conocimiento responde a un deseo universal. En la inteligencia se dan grados: la percepción sensible, la memoria, la experiencia, el arte y le ciencia. Por encima de ellos se encuentra la sabi­duría o Filosofía Primera, cuyo objeto es el conocimiento de deter­minadas causas y principios.

     En el capítulo 2 se analizan las cualidades que debe reunir el sabio. La Sabiduría es superior a otras formas de conocimiento, es una ciencia especulativa, no productiva. Es independiente. La más divina de todas ellas y la más excelente por ser la más necesaria. Ella influye en nuestro conocimiento de modo tan decisivo que es capaz de cambiar nuestra visión total de las cosas, del mundo que nos circunda y, por tanto, nuestra actitud ante la vida.

     En el capítulo 3 nos explica que hay cuatro causas distintas. La doc­trina se extrae por una crítica de las doctrinas anteriores, que no conocían la causa eficiente y negaban el movimiento. Esta visión histórica se extiende hasta que expone el idealismo platónico.

     Sigue una critica o estudio histórico de distintos sistemas filosóficos: Monismo, Empédocles, Anaxágoras, Pitagorismo y, finalmente, en el capítulo 9, el platonismo, con su celebre crítica en primera perso­na del plural.

El capítulo 10 confirma la idea de que el objeto de la Sabiduría es el estudio de las cuatro causas.


TEXTOS:

     A nuestro juicio, los textos mes importantes y en los que nos hemos basado son los siguientes:

     <<Todos los hombres desean por naturaleza saber>>. (Met., I 1; Bk. 980a 21).

     <<La experiencia hizo al arte>> (Met., I 1; Bk. 981a 32).

    <<Y esto se debe a que la experiencia es el conocimiento de las cosas singulares, y el arte, de las universales; y todas las acciones y generaciones se refieren a lo singular>> (Met., I 1; Bk. 98lb 16-18).

     <<Que la llamada sabiduría versa, en opinión de todos, sobre las primeras causas y sobre los principios>> (Met., I 2: Bk. 98lb 27-29).

     <<Resulta, pues, evidente que la Sabiduría es una ciencia sobre ciertos principios y causas>> (Met., I 2; Bk. 982a 33-34).

      <<Y, generalmente, el conocimiento más difícil pera los hombres es el de las cosas más universales>> (Met., 1 2; Bk« 982a 23-25).

     <<El bien y el fin por el que se hace algo son una de las causas>> (Met., 1 2; Bk. 982b 9-10).

     <<Pues Dios les parece a todos ser una de las causas y cierto principio>> (Met., I 2; Bk. 983a 8-9).

     <<Las causas se dividen en cuatro, una de las cuales decimos que es la substancia y la esencia (pues el porqué se reduce al concepto último, y el porqué primero es causa y principio); otra es la materia o el sujeto; 1a tercera, aquella de donde procede el principio del movimiento, y la cuarta, la que se opone a ésta, es decir, la causa final o el bien (pues éste es el fin de cualquier generación y movimiento)>> (Met., 1 3; Bk. 983e 26-33).

     <<Podría uno considerar como única causa la que llamamos de especie material. Pero, al avanzar así, la cosa misma les abrió el camino y les obligó a investigar. Pues, si es indudable que toda generación y corrupción proceden de uno o de varios principios, ¿por qué sucede esto y cual es la causa? Ciertamente, el sujeto no se hace cambiar a sí mismo [...]. Investigar esto es buscar el otro principio, como diríamos nosotros, de donde procede el comienzo del movimiento>> (Met., I 3; Bk. 984a 17-27).

     <<Parménides, en efecto, parece referirse al Uno según el concepto>> (Met., I 5; Bk. 986b 19-20).

     <<Parménides, en cambio, manifiesta en sus palabras una visión más profunda. Considerando, en efecto, que, fuera del Ente, el No-ente no es nada, piensa que necesariamente existe una sola cosa, el Ente, y ninguna otra>> (Met., I 5; Bk. 986b 27-30).

     <<Parece imposible que la substancia esté separada de aquello de lo que es substancia>> (Met., I 9; Bk. 99lb 33-34).

     <<Mostrar que todas las cosas son una, no resulta; porque de la prueba por exposición no resulta que todas las cosas sean una, sino que hay cierto Uno en sí>> (Met., I 9; Bk. 992b 9-12).

     <<Buscar los elementos de los entes sin haber distinguido sus varias acepciones es hacer imposible el hallarlos, sobre todo si se trata de averiguar de este modo de qué clase de elementos constan>> (Met., I 9; Bk. 992b 18-.21).

     <<Así, pues, que todos parecen buscar les causas mencionadas en la Física, y que fuera de éstas no podríamos decir ninguna, está claro también por lo anteriormente dicho>> (Met., I 10; Bk. 983a 11-13).

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