domingo, 17 de septiembre de 2017

Autosuperación como reorientación de la situación cultural



Todo el esfuerzo de análisis de la cultura europea que Nietzsche lleva a cabo tiene como finalidad experimentar, ensayar de algún modo con el pensamiento (Gedankenexperimente) la posibilidad de una transformación de la actual situación espiritual y psicológica de Europa.

Se trata, pues, de la conjetura de una praxis culturizadora alternativa destinada, como terapia, a encarar la enfermedad del nihilismo europeo.

La terapia de la cultura habría de consistir en intentar la posibilidad de que, en algunos individuos al menos, pueda sustituirse un modo de interpretar la vida por otro, y puedan invertirse el conjunto de sus valoraciones principales por las contrarias.


En este sentido, de la hipótesis básica de la voluntad de poder se deriva que toda cultura se ha formado en virtud de una coacción y de una imposición despóticas de valores y de interpretaciones presionando durante mucho tiempo sobre los individuos hasta conseguir su incorporación como condiciones de existencia.

En cualquier caso, la coacción, la imposición, la presión se ejercen sobre el cuerpo; entendiendo el cuerpo como conjunto de configuraciones de instintos que garantizan ciertas condiciones de existencia, y que son el resultado de la forma particular en la que se efectúa el trabajo de interpretación de la voluntad de poder.

El experimento de la transvaloración se inicia como ensayo por parte de algunos individuos de las condiciones que hacen posible la incorporación de nuevos juicios de valor en los que se traducirían el potenciamiento y la intensificación de la vida.

Estos individuos podrían iniciar así un proceso que, a la larga, tal vez pudiera reorientar la situación cultural de Europa. Lo que estos individuos ensayarían en sí mismos sería el mismo mecanismo de transformación al que podrían ir sumándose luego otros hasta convertirse, con el transcurso del tiempo, en tipo predominante.

En el caso de los individuos que deben iniciar la transvaloración de los valores nihilistas, Nietzsche comprende esa coacción como resultado de una decisión de la voluntad de poder afirmativo, trayendo de nuevo a la memoria el ejemplo de los griegos.

Lo que Nietzsche llega a comprender es que esa serenidad y ese apolinismo de la escultura griega, y lo mismo se puede decir de su ciencia, de sus instituciones políticas o de su religión, no es algo que el griego tenía como un don natural gratuitamente recibido, sino que fue un poder que él conquistó, que quiso tener y que obtuvo sometiéndose a una larga, rigurosa y exigente disciplina de autosuperación. De ahí que, frente a la situación del nihilismo europeo, Nietzsche invite a volver la mirada a los griegos para ver encarnada, en su tipo de hombre predominante, esa voluntad de poder que logara dominar su propia fuerza, una organización de dispositivos pulsionales en torno a un centro de gravead que regula las confrontaciones entre fuerzas activas y fuerzas reactivas en conformidad con las exigencias de potenciamiento e intensificación de la vida.

El ejemplo de los griegos enseña a los sujetos que estén dispuestos a hacer el experimento de la transvaloración, sobre todo, el modo no nihilista de ejercer la fuerza de la voluntad de poder afirmativa, la cual, a partir de la decisión de querer la salud como una reorganización distinta de nuestros dispositivos pulsionales, se orienta hacia un movimiento de continua autosuperación como autoexigencia del máximo rigor y disciplina con uno mismo.

Como consecuencia de ello, lo logrado por estos individuos en ellos mismo podrá tal vez servir para que otros deseen seguir su ejemplo, que se mostrará como un modo de vivir, sin mala conciencia, de acuerdo con nuevos valores afirmativos.

1 comentario:

  1. siempre el objetivo principal del ser humano debe ser la autosuperacion ya despues las demas metas en la vida llegaran solas

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