lunes, 21 de noviembre de 2016

María Zambrano

                                              












Dios no es la fuente de una promesa, ni la amenaza de condenación: es el todo sin fronteras que incluye la nada;la nada del alma, por el amor[i].  
  





La civilización moderna, materialista y técnicamente desarrollada, es hostil a la búsqueda de otra realidad que no sea la que pueden medir sus aparatos. Cualquier manifes­tación de una realidad distinta es rápidamente negada y etiquetada: se trata de una alucinación del inconsciente colectivo, del delirio existen­cial. Y sin embargo, esa otra realidad es inextinguible y aflora tercamente cada día en los más variados terrenos, no sólo en el alma de quien la busca incondicionalmente sino también en las distintas ciencias que determinan esta terca civiliza­ción moderna[i].

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Discusión sin límite




            Ningún vestigio de un comienzo, ninguna previsión de un final, ninguna maravillosa previsión. Ningún espacio sin fronteras, sin números, ni lugar, ni palabras. Es como si volviésemos todas las previsiones hacia nosotros mismos; como si viésemos nacer las cosas desde un estado de aparente inexistencia, donde la perfección se conforma como la negación de la historia y la sucesión como la destrucción de la existencia, sin principio, sin final. Transcendiendo tiempo y diferencias entre los elementos y palabras que se repi­ten sin cesar; desarro­llando aspectos siempre decadentes, enveje­ciendo en tales casos, que son los mismos de siempre, con el debido respeto a la différance, con el debido temor a las metáforas de los que nos preceden.